Acerca de

En la isla de Lanzarote, cerca de la costa africana,  una pequeña parte de Oriente tiene su espacio junto a las ancestrales tradiciones canarias y los cautivadores paisajes volcánicos. Es en esta antigua casa señorial del siglo XVIII con  un exterior tipicamete lanzaroteño, este complejo rural de Uga se caracteriza por espacios en los que se mezcla lo tradicional canario con lo venido desde Oriente.

Al sur de Lanzarote, a las puertas del Parque Nacional de Timanfaya y sobre la lava que sus volcanes arrojaron entre 1730 y 1736, se asienta la población de Uga. Entre sus tradicionales viviendas blancas que salpican un escenario natural sobrecogedor de tonos negros y ocres, se ubica Casa Rural el Morro. Alejada del bullicio imperante en los nucleos turísticos de la costa, esta construcción solariega canaria guarda mas de dos siglos de historia,  que ha contemplado desde su privilegiada situación en la parte mas elevada de la localidad.

Fue precisamente su ubicación uno de los aspectos que mas aprecio Raquel Hidalgo, su actual propietaria, cuando la adquirió en 1992,  a pesar del lamentable estado de conservación en el que se encontraba. Y son ya diecisiete  años los que la renovada edificación lleva acogiendo huespedes, desde que en 1995 sus gruesos muros encalados lucieran de nuevo.

El conjunto mantiene su apariencia exterior tipica lanzaroteña,  resulta sin embargo de una clara estética oriental, con toques coloniales, fruto del tiempo que Raquel vivió en Indonesia. De alli regresó con una idea clara de como debia ser el alojamiento que  ofreceria a quienes vinieran hasta aqui, una fusión entre la arquitectura tradicional isleña y el espiritu exótico de Oriente. Para llevarlo a cabo contó con la ayuda de su madre, una diseñadora de interiores bien conocido que llegaron en los años setenta en la isla con su esposo a cooperar con el gran artista César Manrique en muchas obras artísticas, que asesoró y trabajó con ella en la creación de los interiores.

El resultado son siete apartamentos con personalidad propia pero que mantienen una sintonía general entre ellos. Cada uno disfruta de un nombre acorde con su carácter y su singularidad reside en gran medida en el emplazamiento rural, pues determina las vistas que ofrecen, la privacidad de sus espacios exteriores y la luminosidad de las diferentes estancias. También las dimensiones varian notablemente, así podemos elegir entre los que tienen capacidad para dos personas y están en el intimo patio canario – el corazón histórico de la edificación – como “La Troja” y “El Alpende”, hasta el mas amplio de todos “Raquel”, con mas de 130 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y donde pueden alojarse hasta cinco personas. Eso si todos tienen cocina-comedor, baño , equipo de música televisión satélite y todo para la comodidad del huésped.

Lo Mejor

  • Extrema relajación,  la atmósfera es tan informal que acabas sintiendo que eres el dueño de la casa.
  • Muebles y decor respetando el medio ambiente,  granja ecológica verduras frutas y huevos,  paneles solares,  acabados en maderas y muros con productos ecológicos y no tóxicos ,  reciclaje .
  • El toque personal de la dueña que comparte algunos de sus objetos personales con los huéspedes,  sintiéndote asi como si estuvieras en asa de un familiar cercano.
  • Aromoas dulces de inciensos,  aceites esenciales y velas perfuman el ambiente,  junto con las plantas aromáticas.
  • Gran cantidad de zonas Chill-out, la gran piscina está rodeada de camas balinesas y sofás donde relajarte durimiendo una siesta al son de las palmeras.
  • La situación ideal suficientemente cerca para ir al pueblo de Uga,  visitar el mercado del find de semana tomar un café pero suficientemente lejos para sentirte solitario.

Descansando como en Bali

La finca dispone también de un espléndido y agradable jardín que roda la piscina y en el que crecen palmeras, cactus, agaves ficus, plantas aromáticas, y numerosas cactus y plantas de origen endémico tanto de la isla de Lanzarote como de otras islas canarias.  El cultivo de la finca , totalmente de origen ecológico tanto de los frutales y huertas de verduras como de las plantas que adornan los jardines, se sigue haciendo de la forma y costumbre local de utilizar piedras de lava para presionar el picón o ceniza volcánica sobre la tierra con el fin de mantener su humedad.  A su lado, la piscina arropada por grandes cristaleras con impresionantes vistas lunares hacia el Parque Nacional de Timanfaya, Uga y Yaiza.  Este lugar está concebido para el relax,  que cuenta con unos gacebos o casitas,  que se usan en Bali com pequeños templos familiares y que han sido transformados para tumbarse y resguardarse del sol.

Hacia esta zona ajardinada se abren varios de los alojamientos del lugar,  todos ellos con una intima terraza privada.  La sala de Yoga,  el comedor estilo gacebo, la yurta, son las zonas mas altas de la finca. Las dos estancias mas sigulares el Aljibe y Raquel, permiten disfrutar plenamente de ella y de las preciosas vistas del entorno. La primera se levanta en el antiguo aljibe de la propiedad y representa un lugar muy especial para la propietaria. Resultó una obra ardua de restauración, en l aque el espacio fue transformaándose poco a poco, en alojamiento, puesto que en el primer momento de era el tempolo de la casa, un lugar de espiritu y meditación. Comoenta esta mujer al hablar de él. La estancia, conserva todavia su original techo abovedado de piedra volcánica que se extiende hasta el salón y bajo el que destaca una gran cama de madera con dosel, asentada sobre una tarima que permite crear dos ambientes en la habitación. Mientras el resto de elementos ayudan a realizar la atmósfera espiritual que tansmite este original espacio, el ejemplo mas clarificador de la filosofia estética que su dueña ha querido impirimir a todo.

Por su parte la casa Raquel ocupa la parte mas distinguida del edificio principal, con dos pisos en los que sitúan sendos dormitorios, con reconfortantes panorámicas de los volcanes cercanos y el entorno.  Junto a ellos, destaca el cuarto de baño, con una ducha revestida de mármol y una antigua bañera de estilo Victoriano,  mientras el amplio salón da acceso a dos terrazas con cómodos sofás y sillones de teca,  además de una encantadora cama de verano. Al lado queda la cocina comedor, presidida por una gran mesa tocinera y un viejo y cuidado armario platero.

Si bien, en los otros apartamentos, pese a sus dimensiones mas comedidas, no hay estrechecs, aqui este concepto está fuera de lugar, todo está ideado para disfrutar a lo grande en el sentido mas estricto de la palabra. Además algunas de las piezas de mobiliario mas interesantes de cuantas se reparten por los diferentes alojamientos pueden encontrarse en este. La gran mayoría de ellas proceden de lugares como Bali, la Isla de Madura en Java, India y Marruecos, y conviven con otras adquiridas en anticuarios almonedas y que han sido convenientemente recuperadas. Los muebles venidos desde Asia, son de origen tropical, aunque se compraron con la seguridad de que se habían siempre elaborado con maderas sostenibles o recicladas, apunta Raquel. Estas piezas que pasé años recopilando y recuperando son mis favoritas y a las que dediqué mucho tiempo, son trozos de barcos antiguos, mesas piezas sueltas de camas y bancos que se recompusieron en forma de otros objetos con momo y cuidado, resultando muebles únicos al estilo colonial holandés, afirma. Y es que la Casa el Morro es un reflejo de la forma en que esta mujer entiende la vida, muy ligada a las influencias orientales, resultando, además un lugar especial en esta isla canaria para descansar disfrutando del pausado ritmo con el que el tiempo transcurre aquí y gran variedad de platas endémicas tanto de Lanzarote como de las demás islas canarias.